El Pueblo Mágico de la provincia de León que acaba de comer su roscón de Reyes

No es Navidad pero al pueblo mágico de la provincia de León le da igual El calendario no importa cuando de lo que se trata es de sorprender a vecinos y visitantes e invocar a la suerte.

Para la pequeña localidad de tan solo 16 habitantes que estuvo a puno de desaparecer, enclavada en el municipio berciano de Torre del Bierzo, cualquier momento es bueno para degustar un exquisito dulce y si es típico de Navidad, también.

La sorpresa la tenía guarda a buen recaudo el presidente de la Junta Vecinal de San Facundo, Ricardo Vila, impulsor del resurgir del pueblo hace 33 años. Y con ella dejó maravilladas a las más de 400 personas que se dieron cita el sábado, 31 de mayo, en el la sexta edición del Encuentro Cultural y Gastronómico de la Trucha.

Llegado el momento de los postres las bandejas llenas de porciones de roscón de Reyes comenzaron a correr entre las mesas ante la sorpresa de los comensales. «Nos hemos convertido en el único pueblo del mundo donde un 31 de mayo comimos un roscón de Reyes», resalta Vila. «Fue espectacular», subraya el pedáneo. «Todo el mundo sorprendido porque no se lo esperaba nadie».

El gran roscón de Reyes que degustaron los asistentes al evento celebrado en el Pueblo Mágico de la provincia de León fue elaborado en la confitería Segado situada en la localidad madrileña de Collado-Villalba, en un intento por adelantar la magia de la Navidad y atraer la suerte de cara al sorteo extraordinario de la lotería. «Como el año pasado dimos las dos últimas terminaciones de El Gordo y este año esperemos que demos el Gordo entero por ir haciendo un poco boca», resalta.

Igual de sorprendidos que los asistentes al evento se mostrarontambién en la propia confitería donde hicieron el encargo de más de 400 raciones de un dulce típico de Navidad rozando el verano. «Sí, sorprendidos también, no se lo esperaban porque es algo poco habitual», señala el presidente de la junta vecinal.

Con la degustación del roscón de Reyes, relleno de nata y con su fruta escarchada por encima, en pleno mes de mayo San Facundo ha dado la campanada y un paso más a la hora de evidenciar su magia. «Se nos ocurrió como se nos ocurre casi todo, porque intentamos siempre ser diferentes y en esa diferencia siempre estamos buscando algo que a la vez de ser diferente sea también sorprendente», apunta Vila. Y está convencido de que también en esta ocasión «lo hemos logrado con creces».

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